PROPULSIÓN EN LAS NAVES

 

Generación de electricidad mediante sistemas que no usen radioisótopos

Si quieres viajar más allá de Júpiter, no te queda más remedio que prescindir de los paneles solares y usar generadores de radioisótopos (RTGs) -o reactores nucleares- para producir electricidad. Pero hay un problema, y es que emplean plutonio-238 para generar calor a través de la desintegración radiactiva de este isótopo. Y, como quien dice, no es que el plutonio se pueda comprar en la farmacia de la esquina. De hecho, la escasez de esta sustancia es tal que se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para la NASA.

 ¿Existen alternativas? Por ahora no, pero se podrían usar sistemas a base de reacciones químicas con metales que generarían electricidad mediante turbinas. Entre las reacciones propuestas se encuentran combinaciones de litio y hexafluoruro de azufre, aluminio y agua, magnesio y dióxido de carbono o litio y dióxido de carbono. Estas baterías de metales tendrían una vida superior a las baterías convencionales, pero inferior a los RTGs de toda la vida. A cambio serían mucho más baratas y no sólo servirían para explorar el Sistema Solar exterior, sino que se podrían emplear en misiones a los polos lunares o a Venus.

Eso si ¿Merece la pena usar la energía nuclear (La cual genera unos deshechos inmensos con los cuales no sabemos que hacer) para explorar el universo? ¿Justifica el fin los medios?

¿Como propulsamos hoy nuestras naves?

Es relativamente sencillo. Las naves tienen un enorme deposito de combustible el cual queman rapidamente para conseguir el enorme impulso necesario para escapar del campo gravitacional de la tierra. Una vez conseguida esa tarea se valen de placas solares para generar energía y alimentar, en muchos casos, un propulsor eléctrico de iones o, como método alternativo, usan velas solares.

Las velas solares captan empujes producidos por fuentes externas a la propia nave, de manera que ésta no necesita transportar consigo ni motor ni combustible,  aligerando considerablemente el peso de la nave, y pudiendo alcanzar así mayores velocidades. En función de la fuente de impulso que pretendan captar, las velas solares se clasifican en dos grandes grupos:

·       Velas de fotones o fotónicas, consistentes en una gran superficie compuesta por una o varias láminas reflectantes muy ligeras, capaces de aprovechar la presión lumínica de la radiación solar para obtener impulso. Además de fotones de origen solar , las velas pueden diseñarse para aprovechar cualquier otro tipo de ondas electromagnéticas generadas por el hombre, tales como rayos láser o microondas .

·       Velas de plasma. A diferencia de las velas fotónicas, consisten en grandes mallas o redes en las que se genera un campo eléctrico o magnético capaz de interceptar el plasma del viento solar para obtener impulso . En función del campo que generen, estas velas se denominan velas magnéticas o velas eléctricas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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